LAVADO. Las actividades criminales disfrazadas de legalidad son el nodo del sistema del blanqueo.
PARAGUAY. El país se transformó en el punto de tránsito de las nuevas rutas del comercio ilegal.
HEZBOLÁ. Para cambiar plata, sus financistas se apoyan en vasta red de colaboradores locales.
PAGO. Con ofrecimiento de recompensa por parte de Embajada USA no precluye cooperación actual.
Mayo 25, 2025 07:00 a. m.
Redacción Jorge Divar

Para el experto en terrorismo y de las redes de Irán y la agrupación terrorista libanesa Hezbolá en Latinoamérica y asesor de la plataforma de riesgo 240 Analytics, Emanuele Ottolenghi, con el retorno de Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos quiere revitalizar la investigación y acción penal contra las redes del lavado de dinero y financiamiento al terrorismo en la Triple Frontera.
Por eso, la Embajada del país norteamericano ofrece una recompensa a quienes arrimen información sobre estos temas. La Triple Frontera que comparten Argentina, Paraguay y Brasil sigue siendo uno de los centros más importantes de la economía ilícita en Latinoamérica, dice. Y ahí, en el medio de todo esto, está una comunidad libanesa chiita con vínculos familiares e ideológicos muy estrechos con el Hezbolá. Retomamos el tema con él, a propósito del ofrecimiento de la Embajada de EEUU en Asunción de una recompensa de USD 10 millones a quienes proporcionen información sobre el movimiento de esa agrupación terrorista en la Triple Frontera.
–¿Qué elemento nuevo cree usted que pudo haber motivado al Gobierno de los Estados Unidos ofrecer una recompensa de USD 10 millones a través de su embajada en Paraguay por información sobre los ingresos del grupo paramilitar Hezbolá en la Triple Frontera?
–Seguramente, el cambio de administración en Washington es la razón principal. Durante el primer mandato del presidente Trump, ya fue una prioridad estadounidense trabajar con aliados regionales para aumentar la presión contra la presencia del Hezbolá en Latinoamérica.
Hubo resultado; la decisión de los gobiernos argentinos y paraguayos de sancionar al Hezbolá como organización terrorista, declaraciones similares en Colombia, Guatemala, y Honduras, casos de extradición desde Paraguay a Estados Unidos.
Sin embargo, no hubo suficiente progreso por el lado de investigación y acción penal contra las redes del tráfico ilícito, del blanqueo de activos y del financiamiento al terrorismo. Con su regreso en la Casa Blanca, creo que el presidente Trump quiere revitalizar este papel.
La recompensa quiere alentar el flujo de informaciones, que no salga solamente por las autoridades locales, sino también por miembros del público y de la comunidad de los empresarios, funcionarios, y del sector público de la frontera que, a veces, tienen valiosas informaciones que pueden adelantar investigaciones.
–¿Cree que EEUU pueda lograr algo con esta estrategia?
–Habrá que esperar para ver cuáles resultados logran, pero esta estrategia tiene una lógica. Durante casi diez años de estudio y análisis de la frontera, nunca me olvidé de una de mis primeras conversaciones con un oficial de la zona que conocía muy bien cómo funcionan las cosas ahí, que me dijo que la información es la más valiosa moneda de intercambio allí
Para cambiar plata los financistas del Hezbolá se apoyan en una vasta red de colaboradores locales; funcionarios corruptos, gente de negocios, y otros. No hay muchos que lo hacen por ideología: Lo hacen por dinero. La recompensa entonces puede ser una medida para alentar la delación, para que los cómplices de estas redes entreguen información en cambio de plata, facilitando las investigaciones de EEUU.
–¿Por qué razón EEUU precisa recurrir a la sociedad regional triplefronteriza para requerir información sobre el movimiento financiero que conduzca a la captura de miembros del Hezbolá, en lugar de apoyarse en los servicios de inteligencia de los países que comparten la Triple Frontera?
–Muy buena pregunta: No creo que sea una alternativa a los servicios de inteligencia de cada uno de los tres países de la Triple Frontera, con los cuales EEUU sigue teniendo buenas relaciones. Puede ser una medida complementaria. Probablemente esperan obtener pruebas documentales por este nuevo medio que les permitan adelantar investigaciones abiertas, o impulsar nuevas acciones legales desde su jurisdicción.
El desarrollo de fuentes nuevas e independientes no precluye la cooperación ya existente ni la pone a riesgo.
Sin embargo, puede fortalecerla, sobre todo si las nuevas fuentes de información entregan buena información. Y ese es el tema: EEUU no va a pagar por cualquier información. Va a recibirla, a corroborarla, a determinar cómo fue obtenida, a establecer la credibilidad de la fuente, antes de pagar. Quien esté pensando enriquecerse por este medio, sepa esto: para que le paguen, su información debe ser auténtica y contundente.